Invertir en bienes inmuebles es mucho más que una apuesta financiera, es también una contribución sólida a la generación de espacios para el desarrollo humano. La calidad de la inversión inmobiliaria se encuentra indisolublemente unida a las personas que transitarán, trabajarán, vivirán y, en definitiva, harán uso de esos espacios. Cuanto más usable, seguro, confortable, eficiente y sostenible sean los entornos que creemos, mayor será su valor inmobiliario y financiero.
En este contexto, la accesibilidad es un criterio más en la ecuación de la inversión que viene cobrando relevancia en los últimos años, y que ha pasado a ser un factor imprescindible desde el pasado 4 de Diciembre de 2017, cuando entró en vigor el nuevo marco legislativo en Accesibilidad, con el final de la moratoria que marcaba el RDL 01/2013. Este hito en el calendario marca un gran reto y abre un campo a la inversión no sólo en la promoción de obra nueva, sino también en la rehabilitación y acondicionamiento de instalaciones ya construidas.
Hablar de accesibilidad a los usuarios de un inmueble va más allá de hablar de supresión de barreras, es hablar de prestaciones sensoriales, cognitivas, de movilidad…; es transformar el espacio para que sea más confortable y seguro para todos, abarcando a múltiples colectivos: mayores, personas con discapacidad, embarazadas, familias con carritos y niños pequeños…, que habitualmente fidelizan con estos espacios y servicios.
Una certificación de accesibilidad como AIS aporta al propietario o gestor de un inmueble, criterios y garantías de prevención de riesgos, de cumplimiento normativo y de gestión de intervenciones de mantenimientos y adecuaciones más racionalizadas.
España ha vivido una revolución en este campo, que se ha traducido en un incremento del 87% en las certificaciones de accesibilidad desde el año 2013, con el nacimiento de DIGA y su evolución a AIS, y hasta el momento actual, en comparación con los diez años anteriores.
AIS, UNA CERTIFICACIÓN INTERNACIONAL
Con un histórico de experiencia de más de 20 años, Fundación para la Accesibilidad y la Responsabilidad Social ha concentrado su actividad desde 2008 en el campo de la accesibilidad, investigando, generando sensibilización, desarrollando herramientas y llevando a cabo proyectos con entidades de gran relevancia y presencia internacional.
Fruto de esta labor es la creación del Distintivo Indicador del Grado de Accesibilidad (DIGA) y su evolución al Sistema Indicador de Accesibilidad (AIS), un Sistema de Certificación Internacional para la incorporación del diseño y gestión para todos, sobre parámetros de diversidad que Fundación para la Accesibilidad y la RS está implantando en entidades de reconocido prestigio desde 2013. En este tiempo, ya se han llevado a cabo más de 550 auditorías.
AIS integra requerimientos normativos y requerimientos de carácter no normativo (Legislación internacional, estatal y local, normas UNE / ISO, y buenas prácticas reconocidas…). Además, todos los procesos de Certificación AIS implican la verificación de las condiciones de accesibilidad conforme a los requerimientos del CTE DB SUA y criterios adicionales. El conjunto de protocolos, metodologías, indicadores, etc. que conforman la Especificación Técnica y la Norma están validadas y reconocidas por la certificadora internacional IMQ (Instituto Italiano del Marchio di Qualitá).
“Con AIS, las empresas obtienen para sus activos una certificación que les da una credibilidad, un respaldo. Permite decir con mayúsculas que son accesibles, en el grado en que lo sean, no porque alguien lo diga sino porque hay una norma y una certificación detrás que lo avala. Les da garantías”, explica Esther Bienes Pinedo, Directora de Fundación para la Accesibilidad y la RS, que añade como ventajas de apostar por AIS la mejora de la imagen y el aumento de público objetivo.
¿QUÉ BENEFICIOS OBTIENEN LAS EMPRESAS CON AIS?
La Fundación viene desarrollando un Estudio, que espera publicar en breve, apoyado por organizaciones independientes, el cual arrojará datos sobre rentabilidades económicas que tienen los inmuebles y servicios certificados con el Sistema AIS. Según una estimación previa, basada en los retornos de inversión de otras certificaciones del ámbito de la sostenibilidad, los inmuebles certificados aumentan un 3% su valor; se incrementan un 3% las rentas, crece un 5% la ocupación y desciende hasta un 15% los gastos de renovaciones y mantenimientos futuros.
No es este el único beneficio que obtienen las empresas que apuestan por AIS. Con la implantación de esta certificación, las entidades beneficiarias han mejorado la usabilidad, confort y seguridad de sus instalaciones y servicios favoreciendo la integración de todas las personas en la sociedad, respetando y valorando las diferencias. Este paso hacia la accesibilidad redunda, por tanto, en la mejora de la percepción social de la empresa, que transmite un compromiso con la accesibilidad y también con una sociedad más diversa, accesible, justa y solidaria para todos, que además envejece más rápidamente de lo deseado. La accesibilidad se constituye de esta manera como un pilar más en la estrategia de responsabilidad social de las empresas propietarias y gestoras.
“Temas como la accesibilidad y la seguridad, junto con la sostenibilidad y la eficiencia energética, eran anteriormente opciones caras y raramente tenidas en cuenta, mientras que ahora se incorporan de serie a cualquier proceso de nueva construcción o reforma de inmuebles”, declara Ignacio Lucini Carnicero, Arquitecto y Adjunto a Dirección de la Fundación, que indica que “la accesibilidad es muy fácilmente perceptible por el usuario, y las herramientas que proporciona el sistema AIS ayudan a promotores, propietarios y gestores a generar ese plus de calidad y eficacia que atrae y fideliza al potencial usuario de un espacio de pública concurrencia, o al comprador de una vivienda en un entorno accesible”.
De hecho, muchas de las grandes entidades del sector inmobiliario están percibiendo con claridad la necesidad de incorporar la accesibilidad en base a parámetros robustos y racionales, tanto en sus promociones de obra nueva, como en sus inversiones de rehabilitación y reforma. Así, podemos observarlo en entidades como GMP Property Socimi, Merlin Properties o Sonae Sierra, con quienes la Fundación lleva colaborando más de tres años, acreditando las condiciones de accesibilidad de sus inmuebles de uso de oficinas y comercial, tanto en edificaciones de obra nueva como en rehabilitaciones y reformas de entornos ya construidos.
Los inquilinos de espacios comerciales y de oficinas ya contemplan entre sus criterios de decisión, no sólo las prestaciones de accesibilidad que ofrece una instalación, sino también la manera en que los propietarios y los gestores acreditan esas prestaciones. Entidades de sectores con franquicias comerciales y restauración, o servicios socio sanitarios como las mutuas, manejan grandes carteras de inmuebles, muchas veces en alquiler, y están manifestando también su compromiso con proporcionar instalaciones y servicios accesibles.
Ibermutuamur, Fraternidad-Muprespa, Asepeyo, Unión de Mutuas o Mutua Universal son algunas de las entidades que están inmersas en el proceso de implantación del sistema DIGA/AIS en sus oficinas corporativas, hospitales y centros asistenciales. También el Grupo Corte Inglés realiza una fuerte apuesta por incorporar la accesibilidad tanto en inmuebles propios como en espacios alquilados.
UNA HERRAMIENTA FIABLE
Para los inquilinos y gestores supone un gran reto abordar la accesibilidad, ya que su capacidad de obrar en ocasiones es limitada en cuanto a la capacidad de disposición sobre aspectos estructurales de los inmuebles. Promotores y propietarios cuentan en ocasiones con mayor capacidad de decisión, e indudablemente todos ellos necesitan de una herramienta fiable que les permita medir su inversión y gestionar expectativas.
El Sistema Indicador de Accesibilidad (AIS) nace como respuesta a la necesidad de empresas, instituciones y entidades de poner en valor su apuesta por la accesibilidad. La certificación, creada por Fundación para la Accesibilidad y la RS y avalada por la certificadora internacional IMQ, evalúa el grado de accesibilidad de todos los elementos que constituyen el conjunto de estructuras físicas, funcionales y virtuales, reconociendo y acreditando de manera objetiva y fiable hasta cinco niveles de excelencia en accesibilidad.
Es precisamente esta gradación de 5 niveles, la gran puesta en valor y la particularidad más notable que distingue a AIS de otras certificaciones en accesibilidad existentes. Esta flexibilidad, unida a la robustez de las fuentes que soportan el sistema, y a los protocolos y modalidades de aplicación del mismo, convierten a AIS en el sistema más versátil y eficiente para incorporar la accesibilidad en los activos inmobiliarios de obra nueva o entorno construido, y para garantizar un retorno de la inversión realizada.
La última estadística realizada por el Instituto Nacional de Estadística en 2011 indicaba que, entonces, solo el 23,09% de los edificios de España contaban con criterios de accesibilidad, cifra que suponía una mejora con respecto al estudio anterior.
Como expertos en la materia y considerando los movimientos observados tanto en promotores, propietarios, gestores, inquilinos y usuarios en general, podemos afirmar que se trata de una tendencia al alza el utilizar como fuente de incremento del valor de los activos inmobiliarios la acreditación de sus prestaciones de accesibilidad.
Movimiento que ya se percibe también en el sector residencial y en la actividad de promoción en general, que contemplan estos aspectos desde el inicio en la concepción del diseño de los proyectos y la gestión comercial de los mismos. Ejemplo de ello son los proyectos que Fundación está llevando a cabo con Domo Gestora y Nueva Milenia para una cooperativa de 101 viviendas, o con Touza Arquitectos y Citrus Limitted para la construcción de un edificio de oficinas, que contarán con la certificación AIS tanto en fase de diseño como una vez entregada la obra a los usuarios finales.
Desde esa perspectiva cabe preguntarse qué es preferible, ¿Dejarse llevar y no actuar?, ¿O ser el pionero y acelerar la revaloración de los activos con herramientas de probada eficacia como AIS?